Se dice que a algunos prisioneros se les condenaba a estar bajo una
llave que dejaba caer una gota de agua fría a la vez, y así, al
prisionero condenado se le iba enfriando poco a poco el cerebro hasta
que éste quedaba congelado y moría.
Se dice también que les decían que el que lograra quedar vivo después
de todo esto, se le era perdonado y dejado libre. Uno de los muchachos
fue condenado a esta tortura
y logró salvarse, poniéndose una moneda en el lugar en el que caía la
gota, y así logro salvarse de este castigo y que lo perdonaran.
Sin embargo, cuando le preguntaron a una señora que había vivido en el
tiempo en el que este castigo era dado, si ella había oído hablar de
esta tortura, respondió que nunca había oído hablar de tal cosa. Por lo
que se dice, que posiblemente sólo es una leyenda o que lo decían a los prisioneros para infundir miedo.
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